Podría llenar de tristeza mi alma.
untarme de melancolía la vida.
todos los días pensar,
oír tus murmullos en mi oído;
saber que nada existe.
Temblé con todo el corazón al
oír la propia voz de la conciencia.
dudé por un segundo.
osadía de jugar a la muerte
sin vida alguna.
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