sábado, 19 de diciembre de 2015

Hacer el amor o tener coito. Pero no las dos.

-Tú no sabes lo que es hacer el amor.

Cuando estaba triste llegue yo, le pregunté lo que tenía y la escuché hablar de estupideces por horas. La consolé, sin darme cuenta ya tenía mi mano sobre su muslo, ella me miró, confusa, en un movimiento igualmente imperceptible    ella aprobó mi acercamiento. La besé en el cuello, ella comenzó a acariciar mi espalda mientras le desabrochaba su blusa azul.

Desde entonces, tuvimos una relación de amigos ante la gente, pero cuando estábamos solos, sin nadie, en lugares cerrados para no hubiese un solo testigo, aunque fuera tan jodidamente discreto como lo es la luna.

Un día, en nuestra faceta de amigos ante la gente, gente desconocida la cual probablemente nunca más veríamos en nuestras vidas, tomé su llavero y tenía seis llaves, esta, dijo, es la llave de la puerta principal, esta; -dijo soltando la llave y tomando otra- es la llave trasera, esta; -dijo mientras repetía el procedimiento de la última la llave, es la llave de la otra puesta principal -la primera pertenecía a la entrada frontal que daba al pateo, y esta, a la puerta delantera de la casa, esta otra; es de la puerta de mi habitación, está es de un cofre donde guardo las cosas de la escuela, y esta última -hizo una pausa y suspiró-, es donde guardo todo aquello que me hace o ha hecho feliz alguna vez.

-Voy a necesitar está llave y está otra -señalé la llave de la puerta trasera de su hogar y la de su alcoba-: para cuando necesite ir y hacerte el amor.

-Tú no sabes lo que es hacer el amor -dijo en tono de rechazo.

-¿Es acaso eso lo crees?

-Sí, para ti no soy más que un objeto sexual -su tono aun era a manera de parecer enojada, pero su mirada reflejaba tristeza.

-Claro que lo sé -y es cierto que jamás lo hemos hecho, ni lo haremos-, pero tú jamás me has comprendido, yo lo dije de esa manera para evitar un léxico ofensivo y degradante, para no decir algo como "cuando tenga ganas de coger" o "cuando te quiera penetrar y tener coito", el amor sin embargo lo conozco, para mí es escribir, y para ti -tome su llavero y jugué un momento con cada una de las llaves, al final me decidí por una-: es este cofre.

Ella bajo la mirada, yo me alejé, y pararon los días y semanas, ahora, a un par de meses de eso puedo decir que no la extraño, que nunca me lamenté por haberle perdido, y que mi vida continuó y continua como si nada, porque para mí era eso, era un acuerdo de sexo ocasional como ella y yo lo decidimos después de la primera vez, nunca extrañé estar con ella a las once de la noche escuchando su día -siempre era yo quién le escuchaba-, no extraño hacerle reír y gemir a las tres de la mañana, y nunca me sentí culpable por como termino, por no volver a recorrer su espalda ni volver a hablarle entre la gente...

¿Eso me hace un mal hombre?


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