miércoles, 16 de diciembre de 2015

De Alberto: Su probabilidad.

"Los hombres tendemos a sufrir por tonterías."


Alberto es ese tipo de personas increíblemente introvertidas, calladas, descuidadas y con esa tendencia que uno no comprende de distraerse a cada rato, en la escuela siempre está callado, siempre, yendo hacía ninguna parte en ninguno lugar imaginario, pero yendo, cuando llega a casa no hace otra cosa que no sea sentarse frente al televisor y mirarlo por horas y horas y horas.

Alberto me preocupa, él es de una familia pobre, sólo posee un televisor, él cual ya no podrá ver más por un supuesto apagón analógico que se a venido dando en el país hace ya cierto tiempo. Al despertar está mañana su mamá lo vio en el sillón, incluso con su familia es muy reservado, ella lo miro confusa, porque él estaba allí, y el televisor también pero apagado, con la pantalla en negro reflejando la escena de un adolescente sentado sin hacer absolutamente nada en un sillón, y su mamá observando, justo a en el umbral de la sala de estar.

En este momento de la vida qué podrá hacer Alberto, esta puede ser una gran oportunidad para hacer amigos, para salir los viernes en la noche o los sábados o los jueves a andar de loco bastardo vagabundo, para leer los lunes, los martes, los miércoles, los jueves, los viernes y el resto de los días por la mañana, para salir a montar en bicicleta a las seis de la mañana y sentir el frío roce del viento en las mejillas. Para tomar café en su azotea cada amanecer y cada atardecer, para ser rechazado por un par de lindas chicas hasta dar con la correcta, para cambiar su vida a mejores hábitos, entrar a los scouts, conocer la realidad y enojarse con las personas que tengan el mismo estereotipo que él hasta ahora de que no hacen más que vender galletas, de desperdiciar la vida haciendo todo aquello que le parezca emocionante, de cometer locuras e idioteces hasta más no poder, de tocar fondo metiéndose drogas a cada minuto.

Pero no creo que nada de eso ocurra, conociendo a Alberto se va a deprimir, sus padres se partirán el lomo trabajando y el alma viendo el destrozo de su hijo ante tal tontería, su padre no lo llevará a pescar, no saldrán de día de campo los domingos, no, su madre no le contará historias antes de dormir ni se sentará a cenar en la misma mesa que Alberto para platicar sobre su día, no, ellos tomarán jornadas dobles de trabajo para poderle comprar un televisor nuevo a su querido hijo en un par de meses, para lo cual probablemente será tarde, porque para entonces, y espero de todo corazón equivocarme, Alberto ya se allá suicidado una noche de luna llena con insomnio.




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