"No es que muera de amor,
muero de ti,
muero de ti amor
de amor de ti,
muero de ti y de mí,
y del insoportable que soy yo sin ti."
muero de ti,
muero de ti amor
de amor de ti,
muero de ti y de mí,
y del insoportable que soy yo sin ti."
-Jaime Sabines
Quería decirte algo.
Y digo quería por que aún lo quiero pero no lo haré, no puedo.
No quiero creas que te lo oculto por moralidad o falta de tiempo, de hecho, a partir de hoy el tiempo de Dios es mi eternidad.
Quería decirte un par de cosas que ya no haré porque lo me lo impide lo que tengo en la cabeza, y no hablo del cerebro, o las neuronas, o el cerebelo o la mierda con la que trabajan. Hablo de algo que entró hace poco entre ceja y ceja y que yo mismo coloqué. Una bala de mi revolver. Podrás preguntarte qué fue eso tan grave que me orilló al suicidio. Fuiste tú.
Hace unos días estaba sentado cuando te vi por primera vez, entonces mi corazón se aceleró, hoy que te volví a ver aquí en este mismo café me decidí a decirte que te amo. Vine al baño, me enjuague la cara para aclarar mis pensamientos, y con ellos idear la mejor manera de decirlo. Si continuaba vivo me obligaría a hacerlo, y me duele aceptarlo, pero temí el rechazo, encendí un cigarrillo y me lo fumé (a pesar de estar prohibido en el café), después tome el revolver y morí. Me gustaría decir que de morir amor o cobardía o valentía, pero la verdad es, que morí de ti.
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