viernes, 24 de abril de 2015

Maldetamente desquiciada

Creo que me enamoré de una mujer
malditamente desquiciada.
Me enamoré de usted.
A leguas se nota que le falta algo en la cabeza.

Creo que soy bipolar, puedo ver una película y
llorar como un niño; puedo verla de nuevo y reír
como ese mismo niño después de las cosquillas de su amorosa madre.
Pero a usted, a usted la pienso y soy feliz.
Vuelvo a pensarla y soy feliz.
Usted me da estabilidad.

Creo que voy a morir un día o dos.
Y para entonces moriré para siempre.
No como la mini-muerte que tengo cada vez que la veo.
Esa mini-muerte que provoca su sonrisa,
su profundamente hermoso mirar al mío.
Su mirar en sí.

Creo que morir por usted es lo más lindo
que me puede pasar a diario.