jueves, 22 de septiembre de 2016

(Lo que no se escribe...)

Esto no debería de decirlo, porque cuando un poeta escribe sobre amor (oh, cuánto te quiero amor mío), debe ser enteramente cursi (como el brillo de tus ojos reflejado en mi memoria), se pone a los pies de su musa (ninguna de ningún poeta a lo largo del tiempo, ha sido siquiera la mitad de hermosa como sos vos, mi querida tonta, mi querida musa, ¡mi querida mía!), debe ser modesto y humilde (no tengo yo nada y nada soy sino es contigo, oh, querida niña de mi alma), debe enaltecer las bellezas y virtudes de su amada (pueden hacerlo en primera persona: mis virtudes; tener a mi lado a alguien como tú. Mis bellezas; sus ojos que me inspiran, sus labios que me llaman, sus miradas que me intrigan, su sonrisa que me encanta, su cuerpo que me exista, su sexo que aclama, sus senos que enloquecen, sus pensamientos que me tienen, sus pupilas; éstas me gobiernan. Usted, toda usted: la belleza del poeta universal).

Lo que no se dice, lo que no se debería de escribir en el amor: a veces creo que el amor se desvanece lenta, paulatinamente como el humo de su cigarrillo, a algún lugar remoto, sin nosotros, sin Dios ni diablo, sin nada ni nadie. A veces creo que no mereces tenerme contigo.






viernes, 2 de septiembre de 2016

Del amor a lo común.

No sé, aveces, siendo tan común,
por qué no dejo de pensarlo.
Mire sus ojos cafés.
Tan cafés como todos los ojos de todos los hombres de toda la tierra.
Y su mirada es tan pura, tan reconfortante,
su mirada es el reflejo de su alma;
su alma limpia y pura,
tan común como ninguna.

Esa sonrisa tan bella.
Luminosa como cualquier luna de septiembre.
Esos labios que usted tiene
y que adornan su sonrisa,
o a la inversa,
cómo saber si sus labios le adornan la sonrisa
o la sonrisa le adorna los labios,
¿cómo saberlo?,
sólo soy la dama que le quiere,
sólo soy la dama que lo adora.

Su voz, tan común,
más común aun que todo lo anterior,
como la de cualquier cantante de rock de esos que te erizan la piel,
tan provocadora esa voz suya,
que será la causante de tantas cosas que ocurrirán entre nosotros.

Y todo lo que tiene usted, eso que sé tienen todos los demás,
Al ser de usted me encanta.
Todo lo que usted dice y hace es tan especial para mí.

Pero usted es tan común.



Poema escrito por: Jenifer Pérez.