lunes, 29 de agosto de 2016

Zalihui: Velada de Rock.



Zalihui: Palabra náhuatl que significa unión.



Al despertar el sábado el sol dominaba mi cielo azul y despejado.
Lo primero que hice ese día fue desayunar, si bien, el desayuno es la comida más importante del día; en un día como éste, es todavía más importante. Y se debe desayunar como rico de la edad media, hasta el límite del cuerpo y llegar casi al vómito, comer a hartarse. Esto puede al lector parecerle exagerado, a muchos scouts les parece también exagerados, pero a los que hemos ido a este campamento de muerte y destrucción sin un mañana, personas como el chino, Amador, Ceci, Roberto y yo, sabemos que todas las calorías que una comida así pueda aportarnos, se van a quemar y muy probablemente tendrán que hacer las suyas las llamadas "fuerzas de flaqueza", así que el comer todo lo posible, más que un lujo; para el Zalihui, es una necesitad.

Así pues, después de los preparativos de rigor (menos la casa de campaña, que decidí dejar puesto que iba a la aventura, y siendo extraño que Ceci no se opusiera a tan rebuscada e imprudente opinión) emprendimos la marcha, a nuestro destino. Porque cuando uno decide ir al Zalihui, deja de ser un campamento, para convertirse en un destino.

Llegamos al parque esa tarde, una tarde como cualquier otra, soleada, como cualquier otra, con la única excepción, de que el lugar contenía scouts, y scouts, a la hora de trabajar, significa dedicación, esfuerzo y perfección, a la hora de servir, significa humildad, disposición y eficacia; así pues, a la hora de matar, significa muerte, sangre, violencia y sudor. Y esa tarde y la siguiente noche, era hora de matar.

Primer error de la tarde para todos: confirmar el registro. Hecho esto, a puño y letra, uno sellaba su propia sentencia.

Una formación general abre siempre actividades y eventos scout, sin ella no es scout, en ella se nos dijo la regla de oro: 0 groserías. Al ser scouts, Ana sabe que como jóvenes necesitamos decir cosas subidas de tono, así que hay una lista de palabras permitidas para esas ocasiones:

  • Recorcholis.
  • Repampanos.
  • Chetos.
  • Rayos.
  • Centellas.
  • Chanfle (entre otras no tan subidas de tono.)

Un scout conoce su verdadero valor y lo respeta.
Conoce el poder de su palabra y la cuida para no herir a nadie.
Por ello, palabra impura no conoce su voz.
Ni su voz palabra de maldad.





El inició, como es costumbre en este evento, una pista comando inició con las acciones, de no ser así, no lo organiza el grupo XXXI; y pues, el XXXI organizó. Así que la pista comando fue, no más pa´ calentar. Pecho lodo al inicio, porque la tierra es un lujo que se pueden dar las personas normales o los del pentatlón o militares, este pecho (para ti, mi querido lector que no puedes verme, al escribir eso me he señalado el pecho), que es scout, no conoce menos que el lodo. Seguido de la ya temida cuerda lisa, esa de las caricaturas, la que dicen imposible, algunos de nosotros con los puros brazos terminamos con esa amenaza a nuestro avance....

La pista comando, así con sus 7 pruebas (de las cuales no describí 5 para no aburrir o asustar al lector), tuvo termino, no sin antes cobrar sus lesionados de rigor, este año, sólo dos, es bueno que baje el número de éstos, al parecer ya se están aclimatando.

Los equipos se formaron y las actividades dieron así comienzo, no voy a mentir, muchas de ellas no estarán escritas aquí para reservar a los civiles de la muerte física a través de lecturas imposibles.
No obstante, escribiré una estación, de las muchas que ahí hubieron, para que se pueda apreciar, lo demandante de este rally.
El huaro, un juego scout que conlleva una cancha, dos equipos, dos palos, bastones o bordones, un circulo con mecahilo y un árbitro para hacer bulto. Cada equipo tiene un portero, el cual se va con un palo a la parte de afuera de la cancha, y permanece en un área especifica, para así atrapar el huaro (que es como se llama el circulo, que a decir verdad se puede hacer con un laso o piola de cualquier material prudente), y convertir los puntos.
Este juego es como el fútbol americano o el rugby, fuera de golpes directos, se pueden matar los unos a los otros a base de tacleadas. Con el huaro en la mano, no se pueden dar más de tres pasos, y a esto hay que sumarle la dificultad de jugar de noche, ya se jugó entre las nueve y las diez sin más iluminación que la luz de la luna tenue y creciente. Nota particular: no hubo lesionados. Nota general: Las muñecas y/o brazos pueden salir quebrados o al borde de ello. Nota del autor: No jugar sin seguro de vida o ser scout (preferentemente ambas.)

Pues a la hora de la cena se cenó (redundante o no, eso se hizo.) Unas hamburguesas muy buenas, tan buenas como nuestra hambre, tan buenas como el hambre que puede provocar un ejercicio de 6 horas ininterrumpidas.

Para relajarnos, se hizo una actividad tranquila, la cual se tuvo que repetir varias veces, seguida de roba queso y nuestro ya conocido Mongol dando clases de lenguaje en señas. Debido a unos problemas técnicos para instalar a la banda sorpresa (el Wilton rompiendo el generador y todo lo que suele hacer ese muchacho).
A las dos de aquella madrugada, fuimos a mitad del parque al toquín, el cual, sin perder tiempo, comenzó con Héroe de leyenda, sin perder ningún tiempo, siguieron con El son del dolor, y de ahí en adelante el ambiente fue en aumento. Desde el baile sin fin de La negra Tomasa hasta el triple slam en Puto. Lo que nos cuelga no dio momento alguno para el descanso, dos horas de buena música, y todos cantando puto a todo pulmón, porque a Baden Pawell no le tocó Molotov, de ser así él estaría de acuerdo.



Y siendo ya las cuatro de la mañana, con 6 horas de ejercicio, dos de concierto y un toque de diana para más poder a las 7am. una persona normal habría dormido, pero aún faltaba la fogata, cosa más que indispensable para un campamento. Que podía ir a dormir quien quisiera, eso desde después de cenar, y algunos así lo hicieron. Pero la mayoría estábamos ahí todavía, como un soldado en plena guerra; vulnerable, sin aliento casi, pero a la espera de la bomba. Y eso fue precisamente, una bomba, que tras otra hora y media de canciones y bailes junto al fuego nos mando a dormir.

Como la casa se nos fue como un lujo, sólo se había llevado (en el caso particular de mi clan) 1, la de Amador, siendo cuatro para una casa de dos, tras un acomodo muy como ortodoxo, pero necesario, dormimos lo que pudimos.

A las siete de la mañana, tal como se previno, el llamado para el ejercicio matutino se efectuó. A las siete treinta comenzó, y una hora y media más se consumió.

No mentiré, se me arrebato mi tercer invicto, el lunes fui a estudiar en modo zombie, mi espinilla derecha tiene una contusión más grande que el chamorro de la misma. A estas alturas me duele incluso el hecho de escribir. Y si me dijeran que volviera a ir aun sabiendo que perdería y me dolerian los huesos internamente de ellos mismos. Yo si volvía.

Con 10 horas más de ejercicio, un toquín de dos horas, una fogata de hora y media, un mal sueño apretado en una casa de campaña de un tamaño bastante pequeño que me dieron ganas de rayar el recorcholis de  todos y sacarlos a patadas para dormir yo solo, me di el lujo de entablar un espaldas planas con un scouter que me doblaba la edad, me llevaba quince kg, y estaba bien descansado. Y lo tuve mío en dos ocasiones, fuera del las cuales no vi la mía. Bueno y sano lo terminaba sin problema alguno, pues me ganó jadeando.



Nota: A ti, participante o staff de la velada, perdona si mi descripción de la misma a sido muy personal, pero yo sólo conozco mi perspectiva, de tener tu propio relato, puedes mandarlo y gustoso será publicado.

viernes, 5 de agosto de 2016

Usted:



Realmente no tengo nada que decir, le escribo; porque me gusta imaginar que usted me lee.
El otro día (¿o era de noche?, no importa mucho el día o la noche aquí,, la otra vez, digamos) le vi sonriendo. Quiero decirle que su sonrisa es hermosa.
Admítolo, dista mucho de ser la más hermosa que he visto, pero es suya. Y usted, por alguna extraña razón me gusta mucho, por lo tanto, su sonrisa es de las más hermosas que he tenido el placer de vislumbrar.

Tal vez, alguno de estos días o de aquellas noches (el tiempo no me importa si de usted se trata), se presente la oportunidad de entregarle una de estas cartas. Quién sabe, tal vez, estás letras puedan robarle si quiera una sonrisa.

No voy a decirle más de lo que necesita saber, quiero decirle que le quiero, que me tiene loco, que pensar en usted me eriza la piel, y el simple hecho de saber que existe hace que mi corazón palpite, que amo su sonrisa, su bella y linda sonrisa que me tiene completamente vivo en este mundo de muerte y destrucción.
En pocas palabras que usted:

miércoles, 3 de agosto de 2016

De un poeta jodido.

-Estoy completamente jodido -dijo el poeta.

-¿Lo estás? -Preguntó su amigo, el filósofo.

-Sí, lo descubrí esta madrugada, no he dormido nada, he pasado un insomnio lleno de suspiros pensando -(así, como suelen pasar los insomnios de un poeta).

-¿En qué pensabas? -Preguntó el filósofo, pero sin la menor duda de cuál sería la resuesta, pues era obvio para él, así como es obvio para ti que ahora lo lees: el poeta estaba enamorado.

El poeta llevó su mano derecha a la nuca (así como lo hacen los poetas), aspiro el aire fresco del bosque (con esa profundidad que aspiran los poetas cuando sus pensamientos son tan profundos como los latidos de su corazón.)

"En ella" -Dijo en medio de un largo y sincero suspiro (así como suelen ser los suspiros de un poeta).

-¿Te has enamorado?, ¿quién es ella?

 -Sí, estoy completamente enamorado. Pero no sé quién sea, lo que he pasado hoy no se compara con lo que ella pasa por mí, cada noche toma mis versos o prosas y me lee, y no le importa dejar de dormir a cambio de mis letras. Una mujer así, que me dedica sus noches y mañanas, que suspira con mis versos, merece todo, merece el mundo, merece el amor que yo le tengo. Merece más.

>>Si tan sólo ella supiera que todas esas cosas que ella lee y de las que tanto gusta; no las habría podido escribir sin su existencia, si supiera que la única razón por la que escribo es que ella me lea. Pero no lo sabe, y yo tengo que escribir aunque no lo haga, y ella me tiene que leer pensando que escribo para alguien más ¡qué cruel es el destino!, pero si en ocasión alguna te la encuentras, a ella: mi lectora. Hazme el favor de decirle que la amo.