jueves, 28 de diciembre de 2017

Pequeños poemas místicos.

I
"Hecho de aire
entre pinos y rocas
brota el poema."

-Octavio Paz.
Adiós le dije
a todo, amada, pongo
esperanza en

mi corazón,
sin nadie, ya sin ti,
sin mí ni nadie.

Te extraño, vida,
te extraño, amor perdido,
vuelve, ilusión.

II
"El exiliado,
se fue adaptando al tedio
de la nostalgia."

-Mario Benedetti.
¡Cómo me anhelo!
¡Cómo me extraño, vida!
¡Cómo me extraño!

Tiene un solsticio
mi alma. Amanece el sol
al encontrarme.

Saldré del mundo,
mudo, llevaré mi alma
extraviada.

Saldré del mundo
solo, sin nada, dejo
lo inservible.

Acá se quedan
el orgullo: mi ser.
Yo: los prejuicios.

III
¿Qué seré ahora?,
si dejo de ser yo
¿qué seré ahora?

Seré ave libre,
migrante ave de paso
entre los hombres,

constelación,
infinito también,
cosmos entero.

Galaxia, estrella,
naturaleza misma,
cielo nocturno.


IV
Soledad, veo
tu cumbre, permíteme
subir en ella.

Quiero saber
lo que morir se siente,
toma mi vida

muerte y no la
sueltes nunca, un favor,
que me arrepienta.

Valorar hazme
la vida, muerte linda,
chula, coqueta.

Llévame helado,
divina muerte, llévame
contigo ardiente.

sábado, 9 de diciembre de 2017

El sol.

Tenía frío en mi interior.
Sólo trataba de devorar el sol.
Sólo mis ojos lloran.
Sólo tus ojos devoran mi alma, se desprenden.
Sólo mi llanto prevalece.
El sol, ahora dentro,
se une conmigo a extrañarte.




martes, 5 de diciembre de 2017

Entre letras y letras y palabras: vos a través del espejo.

Llegas y tu mente está en blanco, en blanco, nada está mal; de hecho, todo está perfecto, puesto que vos siempre tenés la mente en blanco, y cuando no, en colorado, o verde o azul o rojo o gris, o verde, rojo y azul, porque esos tres son los colores primarios para que una televisión funcione a colores. Y si no es a colores a vos no te gusta ver televisión, prefieres quedarte sentado sin hacer absolutamente nada, tomando café o leyendo un libro. Qué asco, un libro, lectura, café, y eres muy flojo, apuesto a que tu café es amargo, por la flojera que ocasionaba la idea de tener que batir mucho la bebida debido al hecho de que si le ponías demasiada azúcar el soluto no se disolvería sin el esfuerzo necesario. Lo más sencillo fue evitar que fuese necesario.

Pero el libro, tal y como debe ser, te aburre. Desertas y lo dejas de lado, y empiezas peor, con tu maldito rock and roll, con lo satánico y lo no satánico, que satánico o no a fin de cuentas es rock y es del diablo, lo mismo da si escuchas a The kooks que a Marilin Manson -es rock, es del diablo y se acabó-, dirían tu madre y tu padre y tus amigos a los que les gustan los corridos y los no corridos pero sí. Y te pones a bailar como loco (esto último tal vez se debe a que efectivamente eres un maldito loco, enfermo desquiciado hijo de puta) en calzoncillos, y el sujeto del espejo se aparece semi-desnudo con unos boxers iguales a los tuyos, a decir verdad, comienzas a pensar que ese sujeto te a estado espiando durante todos los días de tu vida, que no es nada tonto y que se disfraza o cambia su apariencia para que tú no lo descubras. Pero ahora que lo piensas bien, ese hombre que tienes enfrente, que te mira fijamente, y que coincidentemente hace los mismos ridículos pasos de baile que haces tú (¡cómo conoce esos pasos si no te espía!) se parece mucho al hombre que estuvo frente a ti esta mañana, y la noche anterior, y la anterior a esa. Se parece mucho al hombre que se rompió el brazo (muy sospechosamente) hace un par de años a la par que tú, sólo que mientras tu brazo roto era el derecho, el suyo fue el izquierdo, como si quisiera robar tu identidad, como si quisiera jugar ese estúpido juego de la simetría perfecta que tenían los adolescentes en sus estúpidas clases de teatro. Pero debes ser escrupuloso, no perder la calma, cualquier buen estratega de cualquier tipo sabe que la tranquilidad es la base de cualquier victoria. Por el momento, decides que lo mejor será mantener vigilado y a raya a ese sujeto tan particularmente extraño. Pones una silla y te sientas frente a él. Después de tanto tiempo es claro que sabe de alguna manera como piensas, conoce tu plan, sabía lo que harías, y claro, ha decidido jugar tu maldito juego, el cual nunca has jugado y en el que probablemente perderás una y otra y otra vez hasta el olvido, hasta ayer, la existencia o un cigarrillo quemado en el aire entre humo y humo y cenizas y humo y cenizas y cenizas y muerte. Así, sabiendo con certeza el siguiente paso, también acercó una silla y se sentó; y se miraron fijo...



Y se miraron fijo...




Y se miraron fijo...




Humo, cenizas, tabaco, cenizas, humo, café, cenizas...



Y se miraron fijo...
(Otro pequeño sorbo al café -amargo-).



Después de dos horas, tres cafés (preparados simultáneamente) y dos tabacos (fumados a la par por mera coincidencia), tú y aquel extraño hombre son los mejores amigos que jamás han existido ni existirán, pero que a pesar de ello existen. Estás con él, sentado, escribiendo y describiendo tu día entre letras y letras y palabras y acciones.

Y lo peor:


La s(o/u)ciedad no los entiende.

lunes, 27 de noviembre de 2017

Ayer sentí la muerte.

Ayer sentí la muerte, temblar así,
no hay manera de sentirse fuerte;
toda mi vida terminó por un segundo;
-dos segundos, tres existencias, cuatro infinitos-.

He pensado
-algunos poetas pensamos
en algunas ocasiones plenamente raras-,
que lo emífero de la vida
no es más sino la posibilidad
eterna de la muerte
-muerte en caricias; en mujer.
Y claro, en la muerte misma-;
Ese infinito pensar en el éxtasis y el placer,
¿y si el goce fuera eterno?,
¿y si todo lo que vivimos y soñamos y sentimos no se terminara nunca?
Si en la eternidad estuviéramos vagando
por el interminable juego de emociones, sin delirios ni riesgos de término,
que cualquier cosa que pasara no importase nada porque de cualquier manera
se podría intentar algo más en el futuro,
ni la desgracia inmuta, al estar en otro lugar con otra gente por todos los mundos
por todo lo concebible de Dios.
O la felicidad, el pensar siempre que se puede superar
si se busca lo suficiente para sentirse la parte
más sustancial del emífero e ilimitado firmamento.

Siendo la mortalidad lo que el humano describe como la desgracia
de su condición mundana.
Al saberse terminable, obligado está en caer
al éxtasis de cada momento
o la depresión de la aflicción.
Eso es la muerte;
nada: sólo lo inefable.


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martes, 14 de noviembre de 2017

Nosotros.

Rutinario pasar los días, los meses y la
eternidad,
como los
únicos seres que habitan
el mundo que
rota sólo para nosotros
dos,
obedientes, a la naturaleza de los
sueños.

Jovial existencia he llevado
armado un pensar infinito del
mísero, místico y
árido pesar de la
soledad de tu ausencia imborrable.

Confundo con la vida los
recuerdos de la irrealidad
estructurada de la
alegría
dada por los
osados
sueños, que nunca se vuelven verdad.

domingo, 29 de octubre de 2017

Habano sobre la mesa.

Ese maldito negro soltó el humo de su habano sobre mi cara pálida, como decía él.
-No tengo mucho tiempo, no me importan mucho tus motivos, de hecho, si por mi fuera, tú y tus putas nalgas rozadas morirían, pero la pena de muerte no está aprobada el país.
¿Qué debía responder? Esa no era una pregunta. ¿No se supone que sería un interrogatorio?

¡Qué linda mañana esta mañana!, al despertar era temprano y desayuné como pocos días. Y como pocos días, llegué a pensar que sería un buen día. Para qué aburrir con mi relato, aún en el trabajo pasaron 4 maravillosas horas, medio turno de buen día -de mi último buen día al parecer-.

-Pero yo me voy a asegurar que te den cadena perpetua güerito. Un maldito interrogatorio, quieren un reporte policial, los has hecho tú, hay un culpable, ¿qué más quieren?
-Si no quiere preguntar no lo haga, al final pondrá lo que se le venga en gana.
-¡Cállate! -Soltó un puñetazo sobre mi mandíbula apenas tocada.
-Sólo diré que no lo fue por racismo si es lo que piensa. -Dije después de haber escupido, ese golpe fue el peor de la noche.
-¡Dije que te calles! -Esta vez fue en estómago. -Maldito enfermo.

Pero como todo lo bueno se termina, hoy también se terminó, y yo soy el humilde juguete de Dios, ¿dónde estaba Dios hoy como a las cuatro de la tarde?, estaba claro, en una mesa grande y circular, sentado frente a Satanás, -¿Qué has hecho hoy? -Le preguntó. Satanás sonrió, divertido y dijo, lo de siempre, algunos desacuerdos, peleas, muerte y destrucción entre mis sirvientes.
-Novato -vociferó Dios- ¡así te llamas diablo!, ahora mira.
Y me mostró en una imagen telepática que sólo miraban ellos dos.
-Este muchacho no tiene más de 18 años, tiene una mente brillante, trabaja duro y con su salario ayuda a salir adelante a su familia de dos hermanas y su madre. Mira pues como despedazo todos sus anhelos en cuestión de un instante.

-Ahora ve a parametrizar una divergencia que se presenta en aquella área. -Dijo mi jefe al momento que Dios mostraba lo divertido que era jugar si se sabía mover las fichas.

Era el área en que Charlie trabajaba, ese patán, uno de esos cabrones que sólo de ver te dan asco, claro que era un vale verga, que se llevaba con cualquiera; con semejante cara era obvio que nadie se metería con él. Tan buen día que era hoy, pensé.

Al llegar, el Charlie estaba sentado en el piso, cuando estuve junto a él estiró la mano y por alguna razón me agarró los huevos.
-Vuelve a hacer eso -dije yo, y con estas palabras exactas agregué-: y te voy a soltar un vergazo.
Vamos dejando bien en claro una cosa: no soy un hombre malo, ni uno violento, mucho menos soy un tipo rudo. Soy la clase de hombre que no se metería en una pelea, pero me han enseñado que lo más valioso de un hombre es el honor, que su palabra es lo más preciado que tiene y que por ningún motivo a de faltar a la misma; claro que pensé que ese monstruo me acabaría si me atrevía a enfrentarle, mas lo había dicho, y no me quedaba más opción que rezar para que no se repitiera. Y recé. Y se repitió. Mi puño estaba en su cara.

Así pues me puse a trabajar, había cumplido mi palabra. Segundos, casi treinta, pasaron antes que -aún en shock por la incredulidad de que un enclenque como yo lo haya golpeado- Charlie reaccionará. Se levantó del suelo y me grito algo que no pude entender por la adrenalina que comenzaba a sentir. Pero soy un hombre listo, no puedo dejarme llevar por mis emociones ni deseos de riesgos, debo pensar en las cosas y en lo mal que me irá si hago tal o cuál. Si peleaba ahora con él, era claro que me rompería mi lindo rostro -o eso creí, pero creo que eso sería mucho mejor que lo que ha terminado por suceder-, yo no quiero que eso pase, el dolor no me gusta, y menos si está sobre mí, ya le había pagado una vez, mi palabra estaba a salvo, y la única manera de estar a salvo yo era tratando de razonar con ese neandertal, difícil, claro, pero al final de cuentas lo único que tenía.
-La he cagado, ve a recursos humanos y repórtame, así me corren y asunto arreglado.
Para mi desgracia, el golpe que le propiné le había dejado morado alrededor del ojo y sintió como comenzaba a hincharse el lugar.
-¡Y cómo crees que me voy a quedar así!, esta me la pagas.
Soy un hombre valiente, claro que lo soy. Él se abalanzó sobre mí, de alguna forma le empuje y retrocedió por un momento. Muy valiente, pero tampoco soy un tonto, y si corro peligro debo alejarme, no es cobardía, es una regla básica de la supervivencia: el peligro, mientras más lejos, mejor. Así que aproveché esa pequeña brecha para echar a correr. Me persiguió. Soy un hombre rápido, bastante, y él un panzón, pensé o mismo que tú lector piensas ahora, pero para mi sorpresa, sí logró alcanzarme, y me pateó. Eso fue todo, una patada y volvió a su lugar.
Fue todo, terminó, pensé. Pero su hermano vio esa patada -malditas empresas nepotistas-, y que salió a toda prisa preguntando que pedo, un cabrón le dijo que había golpeado a su hermano -poco fue lo que me duro el alivio-, me volvieron entre los dos hasta él, que al verme, se arrogó sobre mí como un animal salvaje, pero yo estaba listo, no había pensado en que hacer cuando ya lo tenía en el piso y golpeando su asqueroso rostro una y otra y otra vez, sin descanso ni pausas, ni preocupación -ya sería Dios quien se preocupara por su alma -tan negra como él--, solo mi puño derecho arremetía fuertes impactos contra su rostro ya deforme, y no paré no siquiera cunado no sabría si la sangre provenía de él o de mis nudillos que no paraban de golpear y de golpear.
Por fin me detuve, cuando mi piel no era más blanca sino rojo escarlata y mi ropa quedo salpicada del mismo color. Cuando mis manos ya no golpeaban sino estaban por detrás de mi espalda con esposas en cada muñeca y un oficial -con una muñeca de pareja- me levantaba para llevarme arrestado.

-Si eres tan rudo por qué no peleas conmigo. -Dijo el oficial Carlos mientras me quitaba las esposas.
-No, ha sido un accidente, un pequeño desvío de todo lo que creo por haber sido cegado por la furia irracional que Dios a puesto en cada jodido juguete que llamamos hombre.
-¡Cobarde! -Gritó y me escupió. Dejo su habano en la mesa, tomó vuelo y volvió a golpear mi rostro.

¿Lo último que Carlos escuchó en su miserable vida?, no lo sé, pudo ser su propia voz gritándome cobarde, o su cráneo romperse después de mi último golpe sobre su vida, no sobre él, puesto que le seguí golpeando hasta que mis heridas en la mano se reabrieron y a mi carne no le quedo más piel alrededor.

Dos negros y dos Carlos en un día. No me gusta pelear, nunca quise matar, pero me parece que Dios me ha dado un talento para ambos, sólo espero que si en prisión alguien me obliga a pelear sea un blanquito de nombre Juan, o entonces sí, hasta yo me tacharé de racista.

Ahora estoy sentado en al silla donde debía haber un policía, no creo que llegue otro antes de que me termine de fumar el habano que me esperaba sobre la mesa.

viernes, 22 de septiembre de 2017

México Vs Sismo.

Remueve temblor
las tierras de mi patria,
remueve también

el corazón del
hombre, remueve mucho
éste; que ame

a su hermano,
procure y ayude
a salir de ese

espeso bosque
pantanoso en que lo
has dejado caer.

Dicen que no se
puede vencer aquellos
deseos que tiene

Dios para el hombre,
que la naturaleza
es invencible;

debo pues decir
que si su deseo quiere
tumbar México,

vamos a pelear,
y será aquí, su primer
derrota universal.


México, 1985; 2017.

martes, 19 de septiembre de 2017

Bien o mal.

I

¿Qué demonios hago aquí? se preguntaba Pedro mientras se levantaba de la banca de mandera, un hombre tocaba la guitarra, un par de mujeres cantaban; Linda voz, lindas tetas. pensó, y hubo silencio, como si todos en el lugar hubiesen escuchado el pensamiento aquel, Oremos, dijo el hombre frente a todos, y todos oraron. Orar no sirve de nada dijo para sí.


II

-No sé muchas cosas, y hay también muchas cosas que sé pero no puedo explicar.
-Tú eres muy raro.
-¿Sabes?, en ocasiones un hombre puede decir infinad de frases y palabras bonitas, todas sin sentido, todas eludiendo algo, en ocasiones lo que pasa es que no se tiene el valor de pronunciar cuatro palabras, que pueden llegar a ser la mayor desdicha o placer.
-¿Eso puedes explicarlo?
-No. -Dijo Pedro, volviendo su mirada hacía gris del cielo y sintiendo el viento. Jenell había envuelto su cuerpo en el sueter de Pedro por aquel repentino soplo de Dios.
-Y cuando eres tú quien necesita decir esas palabras, ¿consigues ese valor del que hablas?
-Dios y yo somos amigos, le pido pocas cosas en la vida y hablamos poco, tal vez por eso me soporta; y cuando llega el momento de decir esas palabras, es presicamente ese valor lo que yo le pido. Si sale todo bien o mal ya es cosa suya, pero yo sólo quiero ser capaz de decir las cosas.
-¿Las has dicho alguna vez?
-Algunas; sí, pero ya no importa, ahora mismo busco la fuerza de hacerlo otra vez...


III

"Porque no del simple polvo sale lo que es perjudicial,
y del simple suelo no brota la desgracia.
Porque el hombre mismo nace para la desgracia,
como las chispas mismas vuelan hacia arriba."

-Palabra de Dios.

Pensó entonces que tal vez no fue tal mala idea asistir del libro de Job, uno de los mejores.   De todas maneras no es que no tuviera nada mejor que hacer el domingo que asistir a misa -aunque de hecho ese domingo no tenía, debía tener pensó-, porque no del simple polvo sale lo que es malo... claro que no, todo lo malo y jodido sale de todas partes, de todo lugar, de todo espacio, de todo tiempo "en el suelo simple que pisan tus pies no hay desgracia mayor a ti", Claro que Pedro era hombre triste, con su padre diciendo esa frase cada vez que fracasaba, no había un nuevo intento, no había otra oportunidad ni un tú puedes hijo, había desgracia, y ésta no provenía, brotaba, tú mismo eres la desgracia, se dijo a sí mismo a falta de su padre y derramó lágrimas, un hombre entregado a Dios pensó al mirarle el sacerdote.

Desgracia, vine
a vivir a tu lado,
todo soy tuyo

Déjame morir
en tus brazos, soledad.
Déjame morir.


IV

 Cerró los ojos, ella sabía exactamente lo que estaba por suceder, pudo hacer o decir cualquier cosa para aligerar la carga de Pedro, y tal como hubiese hecho Dios, detuvo el tiempo y admiro el momento, y decidió dejar correr todo sin interceder, sólo para direvertirse.
 Tomó sus manos y supiró; abrió los ojos y la miró. -Jenell; tú me gustas- exclamó sereno.
 Ella se ruborizó. Más por la increduliad de que lo haya dicho que por el contenido de sus palabras.
 -No sé qué decir. -Repondió.
 -Salgamos el domingo. -Y ella aceptó.


V

-El cuerpo y la sangre de cristo.
-Amén.

-Ave María purisima.
-Sin pecado concebida.
-¿Cuáles son tus pecados?
-Me acuso de...

 Ha sido un camino largo para esta comunión, Dios, amor, haz que valga la pena.


VI

-No podremos salir mañana. -Escuchó Pedro desde el otro lado del audicular.
-Cabrón -dijo después de colgar, -¿acaso no es 16?, vamos pues a dar el grito.

VII

 "Poder ir en paz"
"Demos gracias a Dios"
Pedro bajo la mirada y dijo "Señor, librame de pecar", salió del templo.
VIII

-Cabrón, y esta mujer -había dicho a su amigo al despertar esa mañana.
-No sé, pero pensé que la ibas a romper, no era ni medianoche y ya la tenías como muñeca de papel.
-Voy a misa.
-¿Puedo tomar lo que quedó de ella?
-Has lo que quieras -respondió al salir: -todo salió mal esta vez -regunfuño para sí mismo.

IX

Miro el cielo azul y despejado de aquel precioso y soleado día.

Perfecto para estar enamorado pensó.

domingo, 6 de agosto de 2017

Cuentos.

Cuando era niño mi madre
siempre me contaba un cuento.
Al caer el sol moría por escuchar su voz.

Mi madre era también mi madre muerte.

lunes, 1 de mayo de 2017

Aniversario del (Des)Amor (III)

Escucho el
susurro lento,
tenue de la
oscuridad
yaciente de mi alma.

así
queda la poesía en
una urna espesa.
ímpetu de escribir has sido tú.

paraje
armónico
resulta el
abismo de tus ojos.

este
suave
corazón que por ti fluye como un
río,
inmóvil,
balbuceante al oír el
incesante
rugido
taciturno de la
eternidad.

viernes, 31 de marzo de 2017

Lo que pasa...

El poeta estaba sentado en una gran roca en medio del campo de flores mirando el atardecer.
El atardecer pasó, el filósofo miró al poeta entonces, que permanecía mirando al horizonte, pero no miraba nada. Su mirada no estaba aquí ni allá, estaba perdida en algún lugar lejano.
-¿Qué tenías en la cabeza? -preguntó al fin el filósofo.
-¿Te a pasado que se te pasa la vida pensando? -respondió el poeta.
-Pasar la vida pensando es mi trabajo.
Y hubo silencio...

Al fin, el poeta volvió a tomar la palabra:
-¿Y qué piensas cuando te pones a pensar?
-Un folósofo puede pensar lo que sea, es lo interesante del oficio, siempre puedes pensar en algo diferente.
-¿Qué pasa cuando no dejas de pensar en lo mismo?
-En relidad no pasa nada. Siempre tienes que llegar a un punto, un pensamiento cumbre, después cambias de idea o piensas algo distinto.
-¿Y si no cambias?, ¿si no puedes dejar de pensar en una sola cosa? Debo imaginar que por tu mente pasa todo, la luna de abril, el abrazador sol de agosto, el frío del invierno y las llamas del verano, la soledad del otoño y la amistad de la primavera; la alegría de los perros y la soberbía de los gatos, la...
-Vale cabrón, entiendo la pregunta, ¿a qué quieres llegar?
-Con los poetas pasa lo mismo, todo pasa por la mente. -Miró el horizonte una vez más, lanzó un suspiro -tomándose todo el tiempo del mundo, como si le eternidad existiera sólo para ello- y agregó-: hay una chica, en mi mente ella no pasa más. Ella se queda para siempre.

sábado, 11 de marzo de 2017

De la vida

Enigmático
arcoíris rodeaba al universo.

Espléndido principio
airado de la creación eterna.

Pudriéndose lentamente el
universo
todo,
oscilante.

Entero
león dorado

Que se
unta con
estrellas.

Lealtad fríamente
oscurecida por

La libertad profana,
errante, en el
angosto camino de la vida.


sábado, 4 de marzo de 2017

jueves, 2 de febrero de 2017

El poema de una niña.

Como un
Huracán en el
Ojo de un
Caballo que en la
Oscuridad se esconde.
Lugar aislado que en la
Arena
Tiembla,
Estático a la vez.

Durante la
Eternidad eterna.

Palabras
Ajenas al
Rumorado
Incendio de
Siempre.

-¿Te gusta la posía? -prenguntó Pedro a la niña.
-Sí -respondío-, también el chocolate y parís.