lunes, 27 de agosto de 2018

¿Qué sentirán las aguas...

Hombres, a fin de cuenta es cierto.
Los hombres somos idiotas.
Lo somos por excelencia.
Siempre esforzándonos por estar equivocados.
Teniendo la suerte de llegar a la verdad.
Nuestro hombre nunca creyó en el amor.
Pero el amor creyó en él.

Hoy me toca ser hombre.
En esta noche en que estoy solo pienso.
Pienso mucho, seguramente lo hago mal.

Quisiera tener sobre mis manos
un par de olas de mar
para hacerlas chocar entre sí.

¿Qué sentirán las aguas cuando
los cuerpos sucios de los hombres entran en sus mares?

¿Qué sentirán los mundos
cuando las supernovas truenan
y las estrellas 'mueren'?

¿Qué sentiré yo cada
vez que tus ojos veo? 

Estás difusa en  el viento,
ya no te veo en el mar.
Levanto la vista
pero en el cielo tú no estás.

El sol se esconde,
el viento sopla
y la tormenta suelta.

En mi oído no suenan tus palabras,
y las mías se pierden en el aire
sin llegar a su destino.

(¿Volverás a mí algún día?
Estaré esperando en el
eterno abismo de tu ausencia.
La roca está flotando en señal de esperanza,
la madera se hunde, cae, se clava como estaca
en mi corazón humano.)

Sé que algún día, después de mirar la puesta,
cuando resignado quiera dar la vuelta y echarme
a la cama como un perro abandonado 
(ya sin dueña; ya sin ti),
giraré sobre mis cansados píes y
estarás entonces tú, mirando con cierta ternura
mi tristeza.

Entonces sabré qué nunca
volverás a dejarme
a la deriva.

Puerto Vallarta, Jalisco.

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