miércoles, 3 de agosto de 2016

De un poeta jodido.

-Estoy completamente jodido -dijo el poeta.

-¿Lo estás? -Preguntó su amigo, el filósofo.

-Sí, lo descubrí esta madrugada, no he dormido nada, he pasado un insomnio lleno de suspiros pensando -(así, como suelen pasar los insomnios de un poeta).

-¿En qué pensabas? -Preguntó el filósofo, pero sin la menor duda de cuál sería la resuesta, pues era obvio para él, así como es obvio para ti que ahora lo lees: el poeta estaba enamorado.

El poeta llevó su mano derecha a la nuca (así como lo hacen los poetas), aspiro el aire fresco del bosque (con esa profundidad que aspiran los poetas cuando sus pensamientos son tan profundos como los latidos de su corazón.)

"En ella" -Dijo en medio de un largo y sincero suspiro (así como suelen ser los suspiros de un poeta).

-¿Te has enamorado?, ¿quién es ella?

 -Sí, estoy completamente enamorado. Pero no sé quién sea, lo que he pasado hoy no se compara con lo que ella pasa por mí, cada noche toma mis versos o prosas y me lee, y no le importa dejar de dormir a cambio de mis letras. Una mujer así, que me dedica sus noches y mañanas, que suspira con mis versos, merece todo, merece el mundo, merece el amor que yo le tengo. Merece más.

>>Si tan sólo ella supiera que todas esas cosas que ella lee y de las que tanto gusta; no las habría podido escribir sin su existencia, si supiera que la única razón por la que escribo es que ella me lea. Pero no lo sabe, y yo tengo que escribir aunque no lo haga, y ella me tiene que leer pensando que escribo para alguien más ¡qué cruel es el destino!, pero si en ocasión alguna te la encuentras, a ella: mi lectora. Hazme el favor de decirle que la amo.


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