miércoles, 16 de diciembre de 2020

(Des)Amor. Entrevista escrita de mi libro por parte de la editorial.

Entrevistador: Jean Carlos Hernández
Entrevistado: Alonso Gonzalez

Es un viaje a través del infinito; es arte y es poesía pura que te invita a apreciar la dulzura, la magia del sufrimiento y del (Des)amor; es divagar, es vida y fallecimiento que te enseñan a disfrutar de un pedacito de dolor y de angustia mientras la verdadera felicidad está por llegar y toca la puerta de tu vida o de tu muerte. Porque muchas veces creemos que estamos vivos cuando realmente estamos muertos.

Así es esta obra, intensa, profunda que te hace vivir la magia y pureza del sufrimiento pero lejos de la melancolía y el despecho. Porque Dios no se olvidó de ti, solo juega contigo y creó tu desdicha para que disfrutes de ella, la transformes y la conviertas en esperanza, en ilusión y vida pura.

Uno puede llegar a estar muerto todo una vida sin siquiera darse cuenta y caemos en el error de tomar la muerte personal cuando es solo una emífera representación de la vida.

De esta manera nace “(Des)amor”. Es un conjunto de versos que conforman este romántico poemario propio de la inspiración del mexicano Alonso Gonzalez, que a lo largo de su intensa y profunda juventud finalmente logró transformar toda esta energía en arte y mostrarla al mundo a través de este apasionante poemario que te invita a mirar el amor y sufrimiento desde otro ángulo; es una perspectiva completamente diferente, romántica y alentadora con la cual sentirás la intensidad de todas las emociones.

El poeta Alonso Gonzalez se plantea esta obra como resultado de la canalización y reflexión sobre pasajes de su vida y la aceptación de diversos sentimientos y emociones. Al respecto es el mismo escritor quien expone su punto de vista y nos brinda más detalle para el entendimiento de este intenso poemario.

¿Se puede decir que Dios ha jugado a los dados con la vida y el destino del poeta?

Puedo decir que Dios ha jugado conmigo y yo con Él; qué Dios y yo somos amigos muy cercanos. Puedo contarle todo y Él no me responde ni me cuenta nada. Es un pequeño muchacho que le gusta estar en silencio en las conversaciones más relevantes.

No juega con el destino a los dados porque no los sabe jugar. Él prefiere jugar escondidillas, al avioncito o la rayuela. Dios es como un niño que no se puede estar tranquilo, nunca trata de dañarnos “siempre está de buen humor”. Citando al maestro Sabines: «A Él le gusta jugar y juega. Y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe con las manos».

¿Cómo podemos interpretar la figura latente de Mario Benedetti en esta obra?

Benedetti es un poeta curioso; es el hombre que lees y te sorprende la manera tan simple en que plasma sus palabras (tan lineal, pocas metáforas de difícil percepción), no es un hombre que al leer pienses en escribir tomando citas suyas como base. Pero cuando estás frente al papel con la tinta manchando tus dedos, él aparece a tu espalda y recita alguno de sus versos con su curioso acento uruguayo, y cuando el poema está terminado te das cuenta de que ahí está su cita, que llegó a tu mente de forma casi imperceptible.

¿Cómo podemos encontrar belleza en la muerte?

Creo sinceramente que la muerte es una de las cosas más bellas y sublimes que existen. Claramente deseo no tener que conocerla en carne propia hasta ya haber vivido mucho tiempo, tampoco quisiera que ninguno de mis seres amados pasara por ella, pero la muerte en sí misma es un bello camino que te conduce al infinito, que te muestra la verdadera paz. Uno puede llegar a estar muerto todo una vida sin siquiera darse cuenta y caemos en el error de tomar la muerte personal cuando es solo una emífera representación de la vida. Jaimito escribió sobre Dios: «el hombre se traga al hombre. Y por eso inventó la muerte: para que la vida (no tú ni yo: la vida) sea para siempre». Yo no podría estar más de acuerdo ni con Dios ni con Sabines; la única y verdadera inmortal es la vida, y eso solo se consigue a través de la muerte.

¿Hacia dónde nos conduce el infinito?

El infinito no nos conduce a ningún lado; el infinito es como la poesía, la danza, el teatro o la pintura, solo te quedas absorto en él y no te mueves ni avanzas, y terminas volviendo a la vida siendo el mismo miserable de siempre, entonces volteas a ver a los que te rodean que van por sus caminos que sí los conducen a todas partes y te das cuenta de eso, que ni el infinito, ni el arte, ni la vida te llevaron a ningún lugar, que te quedaste justo dónde estás parado, pero al menos tú te quedaste en calma y feliz.

¿Cómo es el amor para el poeta Ricardo Alonso?

El amor es el sentimiento más puro y también el más desgraciado. Existen sin duda emociones que pueden hacerte sentir Dios y otros que te hacen sentir en un infierno, pero el amor hace ambas en el mismo instante, te hace vulnerable y todo el mundo se convierte en un Goliat y sales dispuesto a todo con una pequeña piedra de río, pero resulta que tú no eres David.







sábado, 5 de diciembre de 2020

La última hora

La muerte se va comiendo mis ojos lentamente,
no puedo salir al sol porque mi piel se pudre,
cada segundo que pasa un alfiler se clava
dentro de mi corazón de animal agonizante.

El fuego del atardecer
cae sobre mi e incendia mi cabeza,
quisiera volver a la anhelada infancia,
único lugar en dónde fui feliz.

La hora final se acerca, piensa
que le tengo miedo, yo solo 
quiero recibirla como una hora
más en esta vida sin sentido.

Ayer en la calle vi como
un perro mordió a un niño;
quisiera clavar dientes
en la catrina muerte.