resplandecientes e
iluminados es mi corazón que
no deja la ilusión de ver otra vez tu barca, que no se
cansa de esperar el anhelado termino de tu navegar
airoso y solitario sin mi compañía.
sin el amor que aquí, en esta lejanía insoportable
te guardo y te aguarda, que te
espera sin queja alguna, porque el amor es paciente.
hace tantas lunas que te has ido y mi corazón se niega
a decir adiós, sabe que la distancia es un pequeño
costo que se tiene que pagar antes del gozo
infinito e imperecedero del
amor.
muero todos los días por tu ausencia,
íntimo en mis memorias
solo para encontrar en tus recuerdos
inamovibles que sí, que debo seguir
noble a la espera, que todas mis
tristezas se verán recompensas cuando
irremediablemente tú y yo
estemos juntos, tirados en el pasto
nuevamente, como cuando éramos
dos pequeños niños mirando un cielo
onírico de mágicos colores.
ayer, hoy, siempre seré
leal a este sentimiento
galante al que
obedece mi corazón.
desde la costa
el viento llega cálido con el
nacer del verano.
termino por creer que con el vendrá el
racel de tu navío. Con la llegada del
otoño (aún sin ti) se desnuda un árbol.
desnuda mi alma;
espera.
tengo en mi cabeza muchas
ilusiones inconclusas,
es mi memoria un
sentir vívido de todos los
espléndidos amores que con tu
cálido existir
ocupan un lugar
sin fin dentro de mí.
quisiera contar al mundo la
ucronía que vivimos cada día en mi
imaginar humilde,
lleno de ti,
lleno de la
encantadora historia de mi mente
osada y activa en este
hilo de sucesos que con
esmero crea a
raíz del recuerdo de su
musa ausente.
oníricas historias creo
sin duda, pero serán superadas allá, en el
ocaso de mi espera, cuando
decidas que éste siempre fue tu puerto, que
estar conmigo es sin duda
la conclusión perfecta, la última
aventura que esta vez, no tendrás que emprender sola,
muriendo estoy por ti, amor, desde que conocí tus
ojos, y morir junto a ti es lo que siempre, cada noche
rezo a dios.
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