viernes, 1 de marzo de 2019

Emífero castigo.

Es cierto a la tres de la mañana no pasa nada en esta casa, es cierto también que debería de estar dormido, ¿pero cómo dormir ante esta situación tan agraviante? Es necesario decir que nunca antes en la vida había tenido que pasar por similares circunstancias, lógico es entonces, que la conciencia no me permita apartarme definitivamente de este asunto, que el subconsciente, de alguna forma me lo esté recordando.
  ¿Será posible acaso? Tengo temor, las noches ya no son para dormir, me pesan los parpados y el corazón, hace días no me alimento como debería, ya no tengo sueños sino pesadillas, viajar ya no es una algo que me plazca.
  Ayer miré el cielo, Dios, tú no estabas, fui a tu casa, solo vi un pan en el altar, ¿dónde te ocultas?, jamás he buscado una respuesta en ti, siempre estaba por todos lados confiando en mí mismo, siempre caminaba bajo el sol y sentía tu calor. Padre, hoy mi confianza no está en mí, quise platicarte creyendo que estarías aquí como siempre, y me has abandonado.
  Camino apenas, cual si fuese arrastrando unas cadenas, ¿este es el peso de mis pecados? quiero confesarme ahora, confieso que una vez a lo 6 años, falté a la primaria solo por ver las caricaturas, que digo groserías cada día de mi vida -puta madre, debo aprender a cambiar eso de mí- confieso que no tengo nada que ofrecer.
  Nunca antes me importó nada ni nadie, ser egoísta no es tan malo, no sufres por otros, puedes concentrarte en tus problemas y ser mejor solo para ti, es bueno disfrutar en soledad, por muchos años creí que era lo mejor del mundo, y ahora resulta que lo mejor es compañía; y qué el mundo no es otro sino ella.
  Has dejado caer tu poderío sobre mí, me has dejado este castigo y te has ido, debes estar riendo, ¿cómo has pensado algo tan atroz con tu limitada mente llena de bondad?
-Este hombre no tiene remedio, debería quitarle la vida y librar al mundo de él -has dicho.
-Pero si muere, ¿cuál será su sufrimiento?
-¿Entonces qué debo hacer? -tú, el omnisciente Dios, el que tiene el conocimiento de todo aquello sobre el firmamento, tenía una duda.
-¡Qué se enamore! -grito extasiado Satanás.

Has hecho de las tuyas, y ahora mi corazón late y mis pasos tienen rumbo, es verdad que el amor hace que todo sea perfecto. O brutal.

Me he enamorado de esa dama que parece has tallado con tus propias manos, has forjado en tu yunque. Me he enamorado de la mujer que has hecho perfecta para mí.

Sería bueno me correspondiera.


-Majahuas, Jalisco.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario