lunes, 11 de marzo de 2019

Inefable

El viento fuerte vino desde el sur y levantó la tierra.
Tú eres como el viento;
la tierra es mi corazón.

En el mar las olas vuelan;
en ti mi alma.

(Para el frío de la vida
yo quiero ser tu abrigo.
Para el sueño, tu cobijo).

Todo amanecer es bello, el resplandor en el cielo encantador,
un amanecer contigo, perfecto.

Hablando de números y áreas:
trescientas mil palabras en el vocablo español,
en ellas cabe el universo, pero no lo que por ti yo siento.
¿Cómo puedo entonces tratar de explicarte?
Puedo verte una, dos, mil veces, y serás para mí
cada vez más hermosa y perfecta. Más radiante.
Entonces Dios verá que el amor infinito que él tiene,
no es tan infinito como el nuestro.

En el ocaso de los días el sol reposa en las montañas;
en el ocaso de la vida quiero reposar en ti.

¿Has escuchado sobre el ciclo de la vida?
Dicen que al morir todo termina,
yo puedo morir siempre que tus ojos veo,
y renazco, cada vez mejor.
Quisiera ofrecerte mi vida,
pero mi vida eres tú.

Mirarte a ti es como apreciar el arte,
que tú me quieras la mejor recompensa;
soy como un crítico y tú eres la gran obra
de un autor desconocido.
De todo el mundo miles de personas mueren por verte.
Soy como un millonario celoso,
te guardo para mí en mi colección privada.



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