mi falta de cultura y mis versos sin sentido,
sé perfectamente que no he tomado
ni taller ni curso ni clase que me muestre
como debe ser un buen poema.
Lo poco que conozco lo aprendí leyendo
a poetas verdaderos y en el perfecto
universo de mágica poesía que conforma tu mirar,
no podría decir si el hecho de animarme
a manchar la blanca pureza del cuaderno
es un gran acto de valor o falta de vergüenza.
En mi defensa puedo decir que no he tomado
ninguna de esas cosas, pero he tomado
mi corazón y lo he pasado a cada letra,
a cada verso, a cada estrofa, que cada gota
de tinta derramada es también cada latido
con el que mi corazón bombea tu nombre
por mi cuerpo a gritos, a suspiros, a pequeños
impulsos vectoriales que recorren mis arterias.
Todo lo que sé de amor y poesía lo conocí en tus ojos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario