lunes, 17 de agosto de 2015

Del masoquismo: A veces las voces en tu cabeza te quieren ayudar y no las dejas.

Su sonrisa es hermosa, debes tratar de que nunca se borre de su rostro.

Pero bueno, eres un caballero y debes de respetar, así que claro, te le acercas con cautela, y de una manera totalmente respetuosa y caballeresca le preguntas:
-¿Puedo coquetearte?
-Lo siento, -responde ella-, soy una persona sin corazón.
Hay silencio, te dispones a disculparte por el atrevimiento de tu pregunta, pero ella añade:
-Pero sí, puedes coquetearme.

Una persona sin corazón, no seas tonto, probablemente a de romper tu corazón, el tuyo, el que tú sí tienes, pero no es bueno vivir en la tristeza, la felicidad es un estado de animo que no debe faltarnos nunca, y su sonrisa te hace feliz, y vale la pena sufrir a cambio de hacer cosas que realmente te hacen feliz, vale la pena sufrir por una sonrisa suya, por hacerla sonreír, por su sonrisa, por estar con ella aunque sea un rato.

Eres valiente, o tonto o imbécil o valiente, estás dispuesto a morir por algún tiempo, estás dispuesto a que tu corazón ya no sea tuyo, solo para que el tiempo que sigas con vida ella sonría.

Ella es hermosa, ella es un suicidio, un hermoso y emífero suicidio, y es hermosa, escapa, no hará la diferencia, ella igual sonreirá, porque de no ser tu será otro, habrá alguien más que quiera morir por hacerla sonreír, te lo aseguro, ya habrá alguien que lo haga.


(Y no te importa, tú igual vas a intentarlo…).

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